Dunas de escasa movilidad y volumen relativo donde se produce una incipiente acumulación de materia orgánica y la vegetación contribuye a una fijación de las mismas. En Canarias puede distinguirse un pequeño gradiente en las comunidades formadoras de dunas, como es el caso de las comunidades de tomillo marino no (Frankenia capitata) y uvilla de mar (Zygophyllum gaetulum), que constituyen parte del hábitat 1210, o las de saladillo blanco (Polycarpaea nivea) y algunos corazoncillos (especies del género Lotus), pertenecientes al hábitat 2120, que dan paso a formaciones de matorrales fisionómicamente dominadas por la uva de guanche (Zygophyllum fontanesii), el saladillo (Atriplex glauca) y el balancón (Traganum moquinii), cuyo porte y ramificación produce una importante retención de las arenas generando las dunas fijas. Algunos invertebrados endémicos se encuentran asociados a estas comunidades. Se trata generalmente de artrópodos de hábitos nocturnos que durante el día se ocultan bajo la arena en la cercanía de los vegetales. Perenquenes y algunas aves de hábitos crepusculares los utilizan como alimento.
Destacan las comunidades existentes en las islas de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. En Tenerife resultan meramente testimoniales.