Bosque abierto, con ejemplares dispersos, cuya densidad es variable en función de las características edafoclimáticas de los territorios donde se asienta. La sabina (Juniperus turbinata ssp. canariensis), con su porte semiarbóreo redondeado, es el elemento vegetal que configura el paisaje; no obstante comparte el espacio con otras especies, como el jazmín silvestre (Jasminum odoratissimum), el espinero (Rhamnus crenulata) o el tasaigo (Rubio fruticosa) y varias especies de tabaibas (Euphorbia sp.) en las orientaciones xéricas, mientras que en las orientaciones de barlovento, donde la humedad ambiental es mayor, comparte el espacio con los brezos (Erica arborea), formando los sabinares húmedos. La configuración de bosques abiertos sólo es realmente observable en las islas de El Hierro y La Gomera, así como excepcionalmente en puntos muy concretos de Tenerife; en el resto de esta isla y en La Palma, los ejemplares de sabina aparecen más dispersos.
En Canarias, desde la perspectiva de la Directiva de hábitats este hábitat ha sido diferenciado de los acebuchales (y almacigales y lentiscales), los cuales se encuentran situados en el hábitat 9320. No obstante, en vertientes secas de determinadas islas, acebuches y sabinas se encuentran compartiendo territorio.